El ser humano es un animal racional por naturaleza, con la necesidad de relacionarse, de sentir, de sentirse y a veces esa misma necesidad nos lleva a amar (o creer que lo hacemos) pero como todo en la vida, son ciclos, capítulos que Descartes a Kant narro y plasmó de manera musical y visual en la presentación en la CDMX de Victims of love propaganda.
El teatro de la ciudad Esperanza Iris fue un inmejorable escenario, parte importante para ambientar la representación, donde todo inició con la proyección de un pequeño corto haciendo alusión a la manera como toda nueva etapa luce: como un paseo por el campo entre dientes de león, jugando con los rayos del sol, siendo más resplandecientes las sonrisas y el brillo de cada mirada para poco a poco, sin darse cuenta ni saber de manera consciente el porqué, vivir un eclipse que a veces sabe a eternidad, si, como esas etapas que todos conocemos, porque todos hemos sido víctimas.
Con una nula comunicación entre canción y canción, como si se tratara de una película muda, dejando que la música hablara y fluyera, como una sola pieza (como se concibió el disco, para escucharse de principio a fin sin tocar el botón de “shuffle”, por eso –entre otras cosas- la edición especial en vinyl vale la pena).
Juego de luces, cambios de vestuario, escenografía, buen audio y la parte teatral que ha caracterizado al sexteto, esta noche se conjugaron como muchos de los seguidores de la banda soñábamos, verlos en pesadillas vueltas realidad haciendo parecer ficción la vida.
El tiempo corría sin darse cuenta, el caos se asomaba en cada capítulo descrito, nada es infinito, todo llega a su fin y la locura lo anunciaba, la locura que a muchos nos atrapó por primera vez hace más de 10 años con Paper Dolls y hoy nos hizo el amor con furia y lujuria, provocándonos orgasmos visuales y auditivos, volviéndonos unas “Victims of love propaganda” dejándonos con una interrogante que ni los más escépticos podrán contestar sin antes recordar, respirar profundamente y tomarse un minuto antes de contestar: si el amor no existe, ¿Por qué te duele?
Marcial Villuendas
Marcial Villuendas
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