sábado, 1 de febrero de 2020

Una estampida llamada, Ska-P en el palacio de los deportes

Cimbrando el Palacio al coro de una estampida, Ska-P en CDMX

Texto y fotos: Daniel Herrera   || 31 enero 2020

Ante más de 20,000 almas, Ska P encendió el Palacio de los Deportes en una fiesta llena de coros, baile, slam, brincos y empujones; todo el recinto cimbrándose al coro de cada una de las canciones escuchadas esa noche.

Llegamos al palacio justo en el momento en el que la banda La ganga Calé se hizo presente para calentar motores, mientras nosotros preparábamos la cámara y lo necesario para poder cubrir como ameritaba el evento. Es decir, tras 5 años de ausencia, no podíamos perder detalle.

Al entrar, notamos que la gente se mostraba eufórica por donde quiera que viéramos, todos posando a las cámaras (como si se tratara de salir en tv o en revista de modelaje) coreando a Ska P, en ese característico “¡Oee oe oe oe, Ska-p ska-p!”.


Fue en punto de las 8.45 cuando las luces del palacio se apagaron e inmediatamente el estremeciente ruido de los gritos y cantos por parte del público se hizo sentir en el recinto. Tras unos 10 minutos de espera finalmente salieron; primeramente a escena los metales interpretando una perfecta armonía que daría pie al inicio del espectáculo de la banda.

El ruido se multiplicó aún más cuando sale el resto de los músicos y por supuesto la voz que da vida a la banda: Pulpul, quien tardó más en gritar "que comience la estampida" cuando por todos lados nos comenzó a llover refresco, cerveza (esperamos haya sido cerveza) comenzando un desborde de locura y felicidad, y no esperábamos menos, sabemos que hablar de Ska-p es hablar de fiesta y celebración.


No se hicieron esperar algunos clásicos de la banda como Mestizaje, El niño soldado, Jaque al rey y claramente no podía faltar el Gato López. Como sabemos, la banda siempre ha sido un referente de la voz del pueblo, y ese día no fue la excepción, haciendo sentir al público identificado con sus temas con cada uno de sus performance; no podríamos escoger sólo uno como el favorito, tal como el apoyo a la comunidad LGBTTI con la canción colores o la voz que llevamos en contra de la llamada tauromaquia con la canción Vergüenza en donde se representa a un torero siendo asesinado a punta de banderillazos; o quizá crimen solicitationis cuando se representa a la iglesia de una manera muy cruda con personajes aberrantes representando a los líderes de religiosos (100% real no fake basada en hechos reales); entre otros característicos performance que hizo la banda que sin duda hacen del espectáculo de Ska-p toda una experiencia.

Además a mitad del concierto, recordando el 19S la misma banda usó playeras recordando esa fecha como un día de unidad entre mexicanos.

La gente parecía no tener cansancio; las cervezas y algunas personas en el slam seguían volando al escuchar Legalización o a la mierda, canción tras canción como si cada una volviera a inyectar adrenalina en cada uno de los asistentes.

Al final se despidieron agradeciendo a México y a un Palacio completamente lleno haciéndole honor a la canción insignia de esta ya legendaria banda de Ska, El valz del obrero, y aquí estimados lectores, no dudamos en meternos con todo junto a todos los asistentes al último slam de la noche al grito de: ¡Si señor, sí señor, somos la revolución! haciendo valer cada segundo de la canción.

Con nuestros zapatos sin suela, un ligero moretón en la costilla, pero bañado de emoción (y de cerveza), el concierto llegaba a su fin cuando muchos de los asistentes con risas en rostro, aún sin conocerse se despedían, incluso unos abrazándose como si se tratara de su propia familia.

Así como ellos, esperamos escuchar pronto de nuevo de esta banda en otro concierto, nuevo material y muchas más cosas de esta banda exponente del género Ska.

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